La lengua de señas colombiana es la lengua utilizada por la comunidad
sorda de nuestro país. Fue reconocida oficialmente en el año 1996, durante el
gobierno del Dr. Ernesto Samper Pizano, mediante la Ley 324. El artículo 2 reza
así: "El Estado colombiano reconoce la lengua de señas como propia de la
comunidad sorda del país". Esta lengua se caracteriza por ser visual y
corporal, es decir la comunicación se establece con el cuerpo en un espacio
determinado.
Desde 1984 la comunidad sorda colombiana
empezó a preocuparse por el estudio, divulgación y enseñanza de la lengua, al
igual que de la situación del sordo en el medio. Con el tiempo se fue
configurando un grupo de investigación en torno a lo que inicialmente se llamó,
desde la perspectiva de la comunidad sorda, el lenguaje manual colombiano,
denominación que privilegiaba el papel de las manos en la comunicación.
Resultado de esas primeras aproximaciones y de la labor de enseñanza de la
lengua, fueron las cartillas realizadas por la Federación Nacional de Sordos de
Colombia (Fenascol). Precisamente el Curso básico o primer nivel se denomina
Lenguaje Manual Colombiano, publicación de 1993.
Este interés por el estudio de la lengua
se fue extendiendo hacia otras instancias, como las universidades, que se
vincularon con gran interés a este propósito. La cualificación en las
investigaciones y el trabajo en equipo con otras entidades e instituciones
fortalecieron el estudio de la lengua y las apreciaciones sobre la misma. Así
en el siguiente tomo, la cartilla número dos de Fenascol, se denomina Lengua de
señas colombiana, con la siguiente aclaración preliminar: "De otra parte
las investigaciones lingüísticas llevadas a cabo en varios países
latinoamericanos han permitido aclarar que la denominación correcta es SEÑAS,
las cuales están conformadas por movimientos faciales, corporales y
manuales." (Fenascol, Lengua de Señas Colombiana, Segundo Tomo, Santafé de
Bogotá, 1996, pág. VII.)
Luego, como resultado de un trabajo
interinstitucional entre el INSOR (Instituto Nacional para Sordos) y el
Instituto Caro y Cuervo, también con la colaboración de Fenascol, se publica el
Diccionario Básico de la lengua de señas colombiana. Sin duda este texto del
2006 ha sido una fundamental contribución al estudio de la lingüística de la lengua
de señas en Colombia. Cuenta con un valioso estudio preliminar del Doctor en
Lengua de Señas, Alejandro Oviedo.
La Lengua de Señas Colombiana, como
cualquier lengua, posee dialectos. Esta realidad se pudo evidenciar durante la
realización del Diccionario Básico de la lengua de señas, ya que se contó para
su elaboración con corpus de las variedades del Valle y Bogotá. La lengua de
señas tiene su propio sistema de reglas gramaticales y pragmáticas.
La lengua de señas no es universal, existen
tantas cuantos grupos o comunidades de personas sordas se constituyen. Por lo
tanto difieren de país a país.